top of page

ECONOMÍA

(En la siguiente infografía verá algunos de los productos que se hacen o contienen asbesto, desde objetos que se encuentran en la casa, hasta materiales que se usan en la construcción de viviendas)

Algunos de los materiales con los que se fabrican las tuberías, los bombillos, los lápices y colores, la pintura, las tejas y los embragues y frenos, se pueden reemplazar con otros materiales que cumplen las mismas mismas funciones del asbesto. Incluso en este momento varias empresas del sector automotriz están comercializando embragues y frenos sin asbesto. Con el cambio de algunos productos y con el control adecuado de los desechos de asbesto, se puede eliminar este mineral de los abonos y de la vemiculita.

¿POR QUÉ PROHIBIR EL ASBESTO?

En Colombia, anualmente se producen 18 toneladas de asbesto que se distribuyen en varias empresas como Eternit, Incolbest y Titan. Según el Ministerio de la Protección Social, se explotan 270.000 toneladas anuales de asbesto-cemento, siendo el 10% asbesto  y el 90% cemento. El asbesto es usado en más de 3600 productos como: pijamas, trajes de bomberos y elementos de construcción como las tejas onduladas, las tuberías y tanques de agua.

El Centro de Investigaciones en Ingeniería Ambiental, de la Universidad de los  Andes, asegura que desde hace 70 años se han instalado cinco millones de cubiertas con asbesto; se han distribuido más de 300 millones de metros cuadrados de este material; y hay más de 3 millones de vehículos circulando en Colombia con productos derivados del asbesto, de los cuales, 400.000 son de servicio público de carga y 200.000 son públicos de pasajeros. Además, se calcula que 3.200.000 vehículos poseen partes que contienen este mineral.

De acuerdo con el Plan Nacional para la Prevención de la Silicosis, la Neumoconiosis del Minero del Carbón y la Asbestosis 2010-2030, se demostró que 256 empresas desarrollan actividades económicas empleando el asbesto y aproximadamente el 7% de los trabajadores, es decir 688 de 15.170, de estas empresas están expuestos a este material.

CASAS DE INTERÉS SOCIAL

Desde 1991 el Estado colombiano tiene la obligación de garantizar el derecho a la vivienda y para esto creó un plan de vivienda de interés social y prioritario. Está política nacional va dirigida a familias con ingresos mensuales menores a cuatro salarios mínimos legales vigentes, población de especial protección.

A pesar de que se ha comprobado que las fibras de asbesto son perjudiciales para la salud, este es un material que se sigue usando y produciendo en Colombia. Incluso, en el caso de obras del Estado como lo son las viviendas de interés social, el asbesto es uno de los principales materiales que constituyen las tejas, paredes y bases de estas casas que son otorgadas por el Gobierno a personas en condiciones de vulnerabilidad. Una prueba de esto está en los contratos del Sistema Electrónico para la Contratación Pública (SECOP) con el programa “Colombia compra eficiente” que muestran la planeación presupuestal el uso de insumos con asbesto o producidos por Eternit para la construcción de estas casas.

Este tema representa otro inconveniente para que el asbesto sea prohibido en el país. Con este material se han realizado un sinfín de construcciones en Colombia que en el caso de una restricción del uso de este material deberán ser reemplazadas por otros elementos. Esto representaría un golpe a la economía del país, en el sentido de que habría que pensar en una reinversión para poder garantizar que estas casas de interés social estén libres del material cancerígeno. En cuestiones de salud pública también podría existir riesgos a la hora de demoler casas construidas con asbesto, al liberar las fibras al aire.

El primer trato de este tema en las instituciones oficiales fue mediante el segundo proyecto de ley que tenía como tema principal al asbesto y las cosas de interés social, fue radicado el primero de enero del 2007 y publicado al mes siguiente. La publicación inicial del primer debate fue 25 de mayo del mismo año y la segunda fue el siete de junio. Antes de que la cámara séptima archivara o retirara el proyecto, este fue retirado por el autor, Pedro Mary Muvdi Arranguera, el 20 de junio del 2007. Con este proyecto de ley se pretendía fijar un tope máximo de precios y expedir de forma clara un nivel de producción específica en relación a los materiales que iban destinados a las casas de interés social. También, establecía una regulación exhaustiva de la producción y la distribución para incentivar la construcción de viviendas de interés social. Lo que este proyecto de ley proponía, era establecer medidas para que las casas de interés social estuviesen libres de este mineral, además, de incentivar la construcción y aumentar los intereses de las mismas.

Para la Clínica de Medio Ambiente y Salud Pública (MASP) de la Universidad de los Andes, con la vocería de Daniela García, en Colombia se necesita crear una campaña de prohibición y regulación para abandonar la extracción de asbesto, tratar las cadenas de producción, los fabricantes y los trabajadores. Así mismo desde la MASP se plantea la idea de sustituir el asbesto por materiales como los polímeros, las fibras de vidrio, hierro ductil, yute y fibra de coco.

Un caso que refleja una de las problemáticas ligada al asbesto es el de Paipa, un municipio a 181 km de Bogotá, en el cual, según su plan de desarrollo, el 60% de las tuberías aún están hechas con asbesto cemento y esto representa un riesgo de contaminación  en el acueducto y al alcantarillado.

¿HAY RIEGO DE CONTAMINACIÓN POR ASBESTO EN LAS REDES DE ALCANTARILLADO Y ACUEDUCTO DE PAIPA?

LAS EMPRESAS

Uno de los principales argumentos de las empresas fabricantes de productos con asbesto es que, en primer lugar, no existen estudios en Colombia que demuestren la relación entre la exposición a las fibras y enfermedades como el mesotelioma y el cáncer de pulmón. Además, señalan que estos productos se fabrican con los mejores estándares de calidad recubriendo las fibras de asbesto con otros materiales.

Sin embargo, en esta afirmación se desconocen los estudios realizados internacionalmente y los que en los últimos años ha realizado la Universidad de Los Andes junto a Greenpeace, fundación que se ha encargado de divulgar esta información y unirse a la lucha de varias familias que se han visto afectadas por la exposición a este material.   

Por otro lado, como señala la OMS los productos que contienen asbesto crisotilo (por ejemplo, tejas para techos o tuberías de agua) sufren daños y liberan fibras de asbesto en el ambiente durante los trabajos de mantenimiento de edificios, en los procesos de demolición y de eliminación de los residuos de construcción, y como consecuencia de desastres naturales. Por esto, el recubrimiento de las fibras no garantiza la prevención de la exposición a este mineral que está clasificado como cancerígeno por la misma organización.

¿SE PUEDE EXPORTAR SIN ASBESTO?

Según un informe realizado por Greenpeace junto con la Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública (MASP) de la facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, empresas como Eternit, que importa alrededor de un 60% del total del asbesto traído a Colombia, fabrica productos que contienen este material para comercializar dentro de Colombia pero maneja una línea diferente que no lo contiene para exportar sus productos a países donde el asbesto es un elemento reglamentado o prohibido.

Jairo Zúñiga, director en la Especialización en Patologías de la Construcción de la Universidad Santo Tomás, considera que la industria de la construcción sugiere o infiere que el uso de asbesto para las obras y en términos generales en cualquier construcción, “se utiliza más por desconocimiento de los efectos nocivos que tiene el asbesto que por economía” y en otros casos es utilizado por falta de insumos con otras características y especificaciones.

¿Qué sale más costoso?

Una de las problemáticas con el asbesto son los costos en salud que se generan a partir de su contacto con las personas. Si bien una teja ondulada de asbesto puede costar alrededor de $70.000 las personas que están en contra de su prohibición olvidan que las afectaciones físicas demandan una gran cantidad de dinero. No más en el transporte para ir los centros especializados, en las consultas clínicas, en los exámenes y en los medicamentos; claro está olvidando otro tipo de gastos vinculados con la enfermedad.

La  Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública (MASP) de la facultad de Derecho de la Universidad de los Andes considera que en la mayoría de los casos las personas compran materiales con asbesto más por desinformación que por querer ahorrar algunos centavos. Si supieran lo contraproducente de esto optarían por otro tipo de materiales.

Para Juan Pablo Ramos las industrias deberían asumir estos gastos en salud, pues a fin de cuentas son ellos quienes desde el inicio se benefician por la explotación, producción y consumo del asbesto.

Para ampliar esta información haga clic AQUÍ.

¿SE PUEDE EXPORTAR SIN ASBESTO?

OJO

bottom of page